En su famoso Sermón de la Montaña, Jesús dice que los fieles son como la "sal de la Tierra" (Mateo 5:13). Hoy en día esta frase se usa para hacer referencia a una persona honesta, con un verdadero carácter, que puede soportar las dificultades al igual que la sal.
Pero ¿qué significaba esto realmente cuando fue dicho hace dos mil años?
Un conservador natural
Jesús llamó a sus seguidores “la sal de la Tierra”, pero los evangelios no explican el significado de este famoso refrán. Al igual que hoy en día, en los tiempos de la Biblia, la sal también se usaba para sazonar, preservar los alimentos y evitar que se dañaran en el cálido clima de Israel.
Jesús les decía a sus seguidores que se comportaran con moralidad para mejorar su calidad de vida y preservar la bondad del mundo que les rodeaba.
Un pacto de sal
Debido a sus poderes protectores, la sal se convirtió en un símbolo de integridad. La sal se añadía a todos los sacrificios del Templo (Lev. 2,13), y también era la parte central de un alimento ceremonial que se comía para sellar un pacto, así como se ve en el pacto que Dios hizo con David (2 Cr. 13,5). La Biblia se refiere a este tipo de pacto inquebrantable como un “pacto eterno de sal”, brit melaj olam (בְּרִית מֶלַח עוֹלָם).
Ser la "sal de la Tierra" es ser completamente honrado, inquebrantable, como un pacto de sal. Cuando Jesús pronunció el Sermón de la Montaña hace veinte siglos, dijo las palabras “sal de la Tierra” en hebreo: melaj ha-aretz, y nos invitó a ser inquebrantables en nuestra relación con Él.
Fuente:
Israel Institute of Biblical Studies
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