Antes de sacar a los hijos de Israel de Egipto, el Señor prometió dar la tierra de Canaán a Israel «como posesión» (Éxodo 6:8). Este versículo le dio a Moisés la convicción de que, a pesar de vagar por cuarenta años en el desierto, eventualmente entrarían en la Tierra Prometida.
Pero hay algo más: un significado oculto se revela al leer la Biblia en el hebreo original. Es hora de descubrir de qué se trata realmente esta promesa especial.
La garantía divina antes del Éxodo
A pesar de que llevaban una vida miserable de esclavitud, inicialmente los hijos de Israel eran reacios a salir de Egipto. Entonces Dios le aseguró a Moisés que sus intenciones eran buenas: «Te llevaré a la tierra que juré dar a Abrahán, Isaac y Jacob; te la daré como posesión» (Éxodo 6:8). Aquí, y en toda la Escritura, la principal prueba del pacto de Dios con Israel es su garantía de la Tierra Prometida.
Mucho más que una herencia
La palabra para «posesión» en el hebreo original es morasha. Proviene de la raíz YRS/ירש, que significa «heredar». Pero, en hebreo, esta es una palabra especial que solo se aplica a la Tierra Prometida. Contrariamente a la palabra más común yerusha, que significa «herencia», la morasha es una herencia preciosa. Morasha requiere la participación activa de cada generación para preservarla para la próxima; a diferencia de la yerusha, que es una herencia que puede gastarse con mayor facilidad.
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